miércoles, mayo 24, 2006

Visita al Expomin

Fernando Fuenzalida me hizo llegar una entrada de invitación al Expomin y me arranqué para allá después de una reunión de primera hora.
Iba tranquilo y contento, así que el taco de unos 20 a 25 minutos de la recta final antes del Expomín ahí detrás de la Ciudad Empresarial, no me molestó mucho. Igual, cuándo mejoraremos la logística de nuestros magno eventos ?

La Expomin es una gran feria o exposición de nuestra industria más importante, la minería. Vienen de todas partes del mundo oferentes de los más diversos productos y servicios para ese sector.
Gran despliegue de stands y maquinaria del mas diverso tipo. Me quedé pegado mirando unos robots que se movían solitos con la mas precisa de las habilidades, tocando aquí, entrando allá, yendo lento, luego rápido, sin que mediara ningún humano que se viera controlando el proceso. La papa, máquinas que no requieren a estos molestos humanos, que se toman las escuelas, se botan en huelga, piden aumento y además cada vez que pueden sacan la vuelta. La panacea, industrias manejadas solo por robots.

Sospecho que igual tenemos que preocuparnos de los humanos, pues sino la revolverán igual impidiendo que mis procesos operen.

Entré en un enorme container que funciona como casa con todo incluido; incluso los televisores de plasma están incluidos en los US$ 50.000 del costo total. Me compro, o arriendo un terreno en algún lugar perdido y planto esta casa. Luego de un tiempo, me aburro y la saco entera puesta arriba de un camión y me las emplumo para otro lado. Claro, son muy funcionales para campamentos mineros perdidos en la cordillera.

Mas tarde figuraba detrás de un tipo que manejaba un camión de esos enormes en un simulador de vuelos, de camiones en este caso, subiendo y bajando por caminos que perfectamente podrían haber sido los de Chuquicamata. Emocionante.

Circulaba por los pasillos pasando uno tras otro infinitos stands, los que atraían mi atención, primero con unas mujeres ataviadas exclusivamente para eso, para que tu mirada se quedara pegada en ellas por el rato suficiente hasta que ya empezara a parecer una grosería. Después una mirada cortés a los ojos, un saludo que no emergía por, obvio, nada que ver, y seguir mirando objetos que a esa altura eran del mas mínimo interés. Salvo, unos sushi por aquí, una copa al lado de una botella de, se supone un buen vino, una máquina de cervezas que que cresta hacía ahí, bueno obvio, entregar vasos de cerveza a .. los que iban pasando, o a los que entraban en una conversa seria con la gente del stand. Dulces, infinitos, lápices, dos infinitos. No vi escolares; si estuvieran por estos lados se harían de lápices por lo menos por dos años, aunque normalmente son lápices que duran la nada; cumplen su función de atrapa sonrisas y gestos amables, tras obvio, órdenes de compra.

Gran feria esta de nuestro sector minero. Falta un poco acabar con los trabajos de los aledaños, para que el desplazamiento de los mares humanos no los pongan en esas emociones irritantes que vi por aquí y por allá.

Me quedé con una conversación con el tallador de las figuras de madera que están en los Metros, Rodolfo Gutierrez, que andaba iluminando una muestra por ahí. Me quedo con un video en un stand de un conjunto llamado Stomp, que dió para una alegre conversa con las estupendas del lugar.

Valió la pena, aparte de algunos pocos encuentros con amigos significativos. Entre tanta gente, cómo no ?

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